Estamos a dos meses de las vacaciones de medio año. ¿Ya pensó Ud. cómo ejercitará su cerebro y el de sus hijos durante ese período? ¿Ya ha pensado en cómo alimentarlo de la mejor manera posible para bien propio y de sus herederos? Pues aquí, tras varias semanas de investigación, hemos elaborado un método que se da por infalible… e incluso por incuestionable.
Le proponemos, querido lector, mejorar su visión de mundo y su agudeza intelectual leyendo ¡LITERATURA NACIONAL!
Así es. Nuestro método, infalible, como ya hemos indicado, tiene el respaldo de investigadores, bachilleres, licenciados, másters y doctores en el ramo, además de los expertos honoris causa, tan frecuentes en nuestra fauna neuronal.
Este método ha sido elaborado a partir de dos hechos: los textos escogidos han sido premiados con el más alto valor de las letras nacionales; y dos, quienes hicieron tales escogencias ostentan el rango de “intelectuales de reconocida solvencia”.
Así, pues, olvídese de Rodolfo Arias y su marimba de pachucos, de Polo Moro y su grotesco tanque séptico de lo psiquiátrico, de Uriel Quesada y su pluma extranjerizada y rosa, de Vernor Muñoz y su intelectualismo pedante, de Tatiana lobo y su narrativa acusetas para encantar a extranjeros. Olvídese también de “María la noche”, “Archipiélago”, “Los correos del diablo” y toda otra literatura que aborde lo infamemente procaz o no sea claramente “tema costarricense” o “de interés para los costarricenses” como tan puntualmente a han dictaminado nuestros críticos.
Y sin más dilaciones, damos a ustedes el orgulloso fruto de nuestra investigación. Recuerde: estas obras son tenidas como indispensables para la formación de la literatura costarricense:
Porque el tiempo no tiene sombra (poesía)
Le proponemos, querido lector, mejorar su visión de mundo y su agudeza intelectual leyendo ¡LITERATURA NACIONAL!
Así es. Nuestro método, infalible, como ya hemos indicado, tiene el respaldo de investigadores, bachilleres, licenciados, másters y doctores en el ramo, además de los expertos honoris causa, tan frecuentes en nuestra fauna neuronal.
Este método ha sido elaborado a partir de dos hechos: los textos escogidos han sido premiados con el más alto valor de las letras nacionales; y dos, quienes hicieron tales escogencias ostentan el rango de “intelectuales de reconocida solvencia”.
Así, pues, olvídese de Rodolfo Arias y su marimba de pachucos, de Polo Moro y su grotesco tanque séptico de lo psiquiátrico, de Uriel Quesada y su pluma extranjerizada y rosa, de Vernor Muñoz y su intelectualismo pedante, de Tatiana lobo y su narrativa acusetas para encantar a extranjeros. Olvídese también de “María la noche”, “Archipiélago”, “Los correos del diablo” y toda otra literatura que aborde lo infamemente procaz o no sea claramente “tema costarricense” o “de interés para los costarricenses” como tan puntualmente a han dictaminado nuestros críticos.
Y sin más dilaciones, damos a ustedes el orgulloso fruto de nuestra investigación. Recuerde: estas obras son tenidas como indispensables para la formación de la literatura costarricense:
Porque el tiempo no tiene sombra (poesía)
Frutos dormidos (poesía)
La extensa huída (poesía)
Costa Rica, poema a poema (poesía)
Los signos y el tiempo (poesía)
Mirrusquita (cuento)
Noche en vela (novela)
El no iniciado (novela)
Ella estaba donde no se sabía (novela)
Cuentos de muertos y otras soledades (cuento)
Pesadillas de un hombre urbano (cuento)
La llave de Hécate (cuento)
La música de Paul (cuento)
Vientre de ocarina (poesía)
Poemas para arrepentidos (poesía)
De flores y de cantos (poesía)
Cuentos de plenilunio (cuento)
Leyendas para contar, un teatrito y una canción (cuento)
Canto para no llorar (cuento)
El angelito que se quedó dormido (cuento)
Aclaremos antes de finalizar que, pese a algunos de los títulos, ninguna de estas obras fue premio de literatura infantil, sino de cuento, novela o poesía para adultos. Es de suponer, aunque no lo hemos confirmado, que muchos trabajos para infantes fueron premiados en la rama de literatura para adultos por no existir aún un premio de literatura infantil. Pero, como dijimos, no es más que una conjetura.
Agregamos a modo de apéndice parte de nuestra investigación: Los premios nacionales de 1995 al 2008. La información que tenemos para antes del 95 está aún por completarse.
Los Premios Nacionales de Literatura Aquileo J. Echeverría (1995-2008)
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2008
Dramaturgia: Jorge Arroyo ― La romería
Ensayo: DESIERTO
Poesía: Erick Gil Salas ― Las voces, los oficios y otras cosas
Libro no ubicable: Jorge Villalobos Salazar ― El envenenamiento ofídico en animales en el continente americano
Cuento: DESIERTO
Novela: Carlos Morales Castro ― La rebelión de las avispas
Mención honorífica: Camilo Rodríguez Chaverri ―Templos de Costa Rica
2007
Dramaturgia: Sergio Masís ― Más abajo del aire
Ensayo: Carlos Cortés ― La gran novela perdida
Poesía: Erick Gil Salas ― La luna en rayuela
Libro no ubicable: Adolfo Constela Umaña ― La lengua de Térraba
Cuento: Sonia Morales Solarte ― Cuentos de muertos y otras soledades
Novela: Rodolfo Arias Formoso ―Te llevaré en mis ojos
2006
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Manuel Solís Avendaño ― La institucionalidad ajena. Los años 40 y el fin de siglo
Poesía: Mía Gallegos ― El umbral de las horas
Libro no ubicable: Amalia Chaverri Fonseca y Nilo Fernández Ortiz ― El Quijote entre nosotros
Cuento: Rodrigo Soto ― Floraciones y desfloraciones
Novela: Froilán Escobar ― Ella estaba donde no se sabía
2005
Dramaturgia): Sergio Masís ― Las prestaciones
Ana Istarú ― La loca (compartido)
Ensayo: María Lourdes Cortés ― La pantalla rota
Poesía: Vivian Cruz ― Vientre de ocarina
Libro no ubicable: Juan Ernesto Quesada / Juan Rafael Camacho ― Época de oro de la música escolar costarricense
Cuento: Vernor Muñoz ― Infinita razón de los sueños
Novela: Uriel Quesada ― El gato en sí mismo
2004
Dramaturgia: Jorge Arroyo ― La tea fulgurante
Ensayo: Yadira Calvo ― Éxtasis y ortigas. Las mujeres entre el goce y la escritura
Poesía: Rodolfo Dada ― De azul el mar
Libro no ubicable: Informe Estado de la Nación
Cuento: Miriam Bustos ― Los ruidos y Julia
Novela: Tatiana Lobo ― El corazón del silencio
2003
Dramaturgia: Jorge Arroyo Pérez ― Figueroa. Notario de la Patria Inédita
Ensayo: Franz J. Hinkelammert ― El sujeto y la ley. El retorno del sujeto reprimido
Poesía: Julieta Dobles Izaguirre ― Poemas para arrepentidos
Libro no ubicable: Enrique Margery Peña ― Estudios de mitología comparada indoamericana
Cuento: José Enrique Castillo Barrantes ― Pesadillas de un hombre urbano
Novela: DESIERTO
2002
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Alexánder Jiménez ― El imposible país de los filósofos
Carlos Sandoval García ― Otros amenazantes (compartido)
Poesía: Carlos Francisco Monge ― Enigmas de la imperfección
Xenia Gordienko ― De flores y de cantos (compartido)
Libro no ubicable: Joice Anglin Edwards y Eugenio Murillo ― Anancy en Limón
Luis Ferrero ― Los mil y un tiquismos (compartido)
Cuento: Lara Ríos ― La música de Paul
Eduardo Vargas Ugalde ― La llave de Hécate (compartido)
Novela: Anacristina Rossi ― Limón Blues
2001
Dramaturgia: Klaus Steinmetz ― Ecos de ceniza
Ensayo: DESIERTO
Poesía: Rónald Bonilla Carvajal ― Porque el tiempo no tiene sombra
Libro no ubicable: Marjorie Ross ― Entre el comal y la olla
Cuento: Jacques Sagot ― Cuentos de plenilunio
Novela: Mario Zaldívar ― Después de la luz roja
2000
Dramaturgia: Melvin Méndez ― Terminal del sueño
Ensayo: Margarita Rojas y Flora Ovares ― El sello del ángel
Poesía: Marta Royo ― Frutos dormidos
Libro no ubicable: María del Pilar Zeledón Ruiz y Édgar Chavarría ― Libro de educación
Cuento: Ernesto Rivera ― Animales de la noche
Novela: Fernando Contreras ― El tibio recinto de la oscuridad
Tatiana Lobo ― El año del laberinto (compartido)
1999
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Jorge Arturo Chaves ― De la utopía a la política económica. Para una ética de las políticas económicas
María Lourdes Cortés ― Amor y traición: Cine y literatura en América Latina (compartido)
Poesía: Milton Zárate ― La extensa huida
Libro no ubicable: Enrique Ulate Chacón ― Tratado de derecho procesal agrario (Tomo I)
Cuento: Myriam Bustos ― Una ponencia y otras soledades
Novela: Carlos Cortés ― Cruz de olvido
1998
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: DESIERTO
Poesía: José María Zonta ― Lobos en la brisa
Libro no ubicable: Adolfo Constenla Umaña ― Curso básico de bribri
Cuento: Eduardo Vargas Ugalde ― Mujeres, sombras y coloquios de uno
Novela: DESIERTO
1997
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Alfonso Chase ― Los herederos de la promesa
Poesía: Julieta Dobles ― Costa Rica, poema a poema
Libro no ubicable: Miguel Ángel Quesada ― Los huetares: historia, lengua, etnografía y tradición oral
Cuentos: José Ricardo Chaves ― Cuentos tropigóticos
Novela: Óscar Núñez Olivas ― El teatro circular
1996
Dramaturgia: Jorge Arroyo ― Mata-Hari Sentencia para una aurora
Ensayo: DESIERTO
Poesía: Guillermo Fernández ― Estocada final
José María Zonta ― Tres noviembres (compartido)
Libro no ubicable: Faustino Desinach ― 1° de mayo. Cuba 1996
Elmer Guillermo García ― Sobrevivencia en la montaña (compartido)
Cuento: Delfina Collado ― Canto para no llorar
Clara Amelia Acuña ― Leyendas para contar, un teatrito y una canción
Novela: Alfonso Chase ― La mariposa y el pavorreal
1995
Dramaturgia: Arnoldo Ramos ― Reflejos de sombra
Ensayo: Alex Solís Fallas ― El control parlamentario
Poesía: Alfonso Chase ― Jardines de asfalto
Jorge Charpentier ― No preguntes la noche (compartido)
Libro no ubicable: DESIERTO
Cuento: DESIERTO
Novela: Fernando Contreras Castro ― Los Peor
Dramaturgia: Jorge Arroyo ― La romería
Ensayo: DESIERTO
Poesía: Erick Gil Salas ― Las voces, los oficios y otras cosas
Libro no ubicable: Jorge Villalobos Salazar ― El envenenamiento ofídico en animales en el continente americano
Cuento: DESIERTO
Novela: Carlos Morales Castro ― La rebelión de las avispas
Mención honorífica: Camilo Rodríguez Chaverri ―Templos de Costa Rica
2007
Dramaturgia: Sergio Masís ― Más abajo del aire
Ensayo: Carlos Cortés ― La gran novela perdida
Poesía: Erick Gil Salas ― La luna en rayuela
Libro no ubicable: Adolfo Constela Umaña ― La lengua de Térraba
Cuento: Sonia Morales Solarte ― Cuentos de muertos y otras soledades
Novela: Rodolfo Arias Formoso ―Te llevaré en mis ojos
2006
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Manuel Solís Avendaño ― La institucionalidad ajena. Los años 40 y el fin de siglo
Poesía: Mía Gallegos ― El umbral de las horas
Libro no ubicable: Amalia Chaverri Fonseca y Nilo Fernández Ortiz ― El Quijote entre nosotros
Cuento: Rodrigo Soto ― Floraciones y desfloraciones
Novela: Froilán Escobar ― Ella estaba donde no se sabía
2005
Dramaturgia): Sergio Masís ― Las prestaciones
Ana Istarú ― La loca (compartido)
Ensayo: María Lourdes Cortés ― La pantalla rota
Poesía: Vivian Cruz ― Vientre de ocarina
Libro no ubicable: Juan Ernesto Quesada / Juan Rafael Camacho ― Época de oro de la música escolar costarricense
Cuento: Vernor Muñoz ― Infinita razón de los sueños
Novela: Uriel Quesada ― El gato en sí mismo
2004
Dramaturgia: Jorge Arroyo ― La tea fulgurante
Ensayo: Yadira Calvo ― Éxtasis y ortigas. Las mujeres entre el goce y la escritura
Poesía: Rodolfo Dada ― De azul el mar
Libro no ubicable: Informe Estado de la Nación
Cuento: Miriam Bustos ― Los ruidos y Julia
Novela: Tatiana Lobo ― El corazón del silencio
2003
Dramaturgia: Jorge Arroyo Pérez ― Figueroa. Notario de la Patria Inédita
Ensayo: Franz J. Hinkelammert ― El sujeto y la ley. El retorno del sujeto reprimido
Poesía: Julieta Dobles Izaguirre ― Poemas para arrepentidos
Libro no ubicable: Enrique Margery Peña ― Estudios de mitología comparada indoamericana
Cuento: José Enrique Castillo Barrantes ― Pesadillas de un hombre urbano
Novela: DESIERTO
2002
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Alexánder Jiménez ― El imposible país de los filósofos
Carlos Sandoval García ― Otros amenazantes (compartido)
Poesía: Carlos Francisco Monge ― Enigmas de la imperfección
Xenia Gordienko ― De flores y de cantos (compartido)
Libro no ubicable: Joice Anglin Edwards y Eugenio Murillo ― Anancy en Limón
Luis Ferrero ― Los mil y un tiquismos (compartido)
Cuento: Lara Ríos ― La música de Paul
Eduardo Vargas Ugalde ― La llave de Hécate (compartido)
Novela: Anacristina Rossi ― Limón Blues
2001
Dramaturgia: Klaus Steinmetz ― Ecos de ceniza
Ensayo: DESIERTO
Poesía: Rónald Bonilla Carvajal ― Porque el tiempo no tiene sombra
Libro no ubicable: Marjorie Ross ― Entre el comal y la olla
Cuento: Jacques Sagot ― Cuentos de plenilunio
Novela: Mario Zaldívar ― Después de la luz roja
2000
Dramaturgia: Melvin Méndez ― Terminal del sueño
Ensayo: Margarita Rojas y Flora Ovares ― El sello del ángel
Poesía: Marta Royo ― Frutos dormidos
Libro no ubicable: María del Pilar Zeledón Ruiz y Édgar Chavarría ― Libro de educación
Cuento: Ernesto Rivera ― Animales de la noche
Novela: Fernando Contreras ― El tibio recinto de la oscuridad
Tatiana Lobo ― El año del laberinto (compartido)
1999
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Jorge Arturo Chaves ― De la utopía a la política económica. Para una ética de las políticas económicas
María Lourdes Cortés ― Amor y traición: Cine y literatura en América Latina (compartido)
Poesía: Milton Zárate ― La extensa huida
Libro no ubicable: Enrique Ulate Chacón ― Tratado de derecho procesal agrario (Tomo I)
Cuento: Myriam Bustos ― Una ponencia y otras soledades
Novela: Carlos Cortés ― Cruz de olvido
1998
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: DESIERTO
Poesía: José María Zonta ― Lobos en la brisa
Libro no ubicable: Adolfo Constenla Umaña ― Curso básico de bribri
Cuento: Eduardo Vargas Ugalde ― Mujeres, sombras y coloquios de uno
Novela: DESIERTO
1997
Dramaturgia: DESIERTO
Ensayo: Alfonso Chase ― Los herederos de la promesa
Poesía: Julieta Dobles ― Costa Rica, poema a poema
Libro no ubicable: Miguel Ángel Quesada ― Los huetares: historia, lengua, etnografía y tradición oral
Cuentos: José Ricardo Chaves ― Cuentos tropigóticos
Novela: Óscar Núñez Olivas ― El teatro circular
1996
Dramaturgia: Jorge Arroyo ― Mata-Hari Sentencia para una aurora
Ensayo: DESIERTO
Poesía: Guillermo Fernández ― Estocada final
José María Zonta ― Tres noviembres (compartido)
Libro no ubicable: Faustino Desinach ― 1° de mayo. Cuba 1996
Elmer Guillermo García ― Sobrevivencia en la montaña (compartido)
Cuento: Delfina Collado ― Canto para no llorar
Clara Amelia Acuña ― Leyendas para contar, un teatrito y una canción
Novela: Alfonso Chase ― La mariposa y el pavorreal
1995
Dramaturgia: Arnoldo Ramos ― Reflejos de sombra
Ensayo: Alex Solís Fallas ― El control parlamentario
Poesía: Alfonso Chase ― Jardines de asfalto
Jorge Charpentier ― No preguntes la noche (compartido)
Libro no ubicable: DESIERTO
Cuento: DESIERTO
Novela: Fernando Contreras Castro ― Los Peor
24 comentarios:
Atenderé cuidadosamente a las recomendaciones, como quien camina por un campo minado en las ferias del libro ticas. Se agradece la exhaustiva investigación.
Probablemente después de el cineforo y las cervezas en casa de Germán, inicie la lectura de estos libros para ver qué pasa...
Sinceramente, ya he leído a todos los poetas de la lista y no dejo de pensar...¿leeré algo más? Tu última novela es un plato fuerte...
Alex, quiero creer que soy lo suficientemente inteligente como para enterder bien ''la inteligencia procesada'', aunque varios comentarios me vuelcan a persar que mi nivel semiótico o hermenéutico está más allá de la simple masturbación cotidiana. Realmente preocupante si no se entiende bien el mensaje, o si soy quien no capta la señal. Puede que sean ambas. Saludos.
¿El inodoro y esos libros guardan alguna relación?, jaja.
Saludos.
a Obando no se le lee más allá del valle central,posiblemente más allá de la calle de la amargura. No me sorprende que no esté en su propia lista.
Afirmar, geológicamente, que a Alex Obando se le lee sólo en el Valle Central puede, socialmente hablando, causar Depresión Central.
Aunque me estoy metiendo en lo que no me importa, para el Ano-nimo sujeto: es imposible leer si no se conoce antes el anAl-fa-beto.
Dicho sea de paso, salir del claustro cerebral es la norma para ejercitarse sin el peligro del arratonamiento mental.
Entre esos dicen que Los frutos extensos y La huida dormida son de una misma cepa con Tiempo,Poema, Canto, Flor y el vientre de los arrepentidos, lo que es lo mismo que decir que Noches de plenilunio y pesadilla en vela tiene influencia de El angelito amiguito de Mirrusquita que cantaba una cancioncita en el teatrito. Pero todo es falso porque todas son derivativas de Canto para no reir y rio para no llorar y lloró para no leer, que es sin duda, la única obra que en verdad acuerpa el alma llanero montana del tico.
Me olvidaba de mencionar La soledad de los muertos urbanos con musica de llave, que no se parece a ninguno, si no que más bien se parece a todos.
El no sabía por qué ella no había iniciado... porque se quedo dormida, ¡claro!
¿va a seguir? Puta mae más necio.
Mucho de este material esta disponible en la antología Manuel de buenas costumbres y etiqueta del poeta complaciente y cobarde, de Carreño.
Que dicho sea de paso los narradores no conocen porque son unas bestias de montaña.
Me siento afortunado, no he leido ninguna de estas obras!!!!
A Obando, por cierto, se le lee con admiración en Guatemala, más allá del Valle Central de Costa Rica. Saludos, Ronald
yo no he leido el libro pero a anonimo solo le digo que Alex es de lo mejor de la esena underground del pais. Laura
Yo iba en el bus y leí a Alex en suelo ramonense, ¿es válido?
Quisiera quejarme por la maliciosa conexión que hace Asterión entre estos libros y el inodoro... Cualquier buen lector sabe que la lectura de inodoro es de la más buenas y fértiles para la mente y la flora intestinal. Estos libros no son para el inodoro: son para leerlos en el estante de la librería y ponerlos de nuevo en su lugar, o esconderlos de la vista del público en una caja mal puesta.
Como librero me debo quejar por la falta de consideración del señor Chaves. En casi dos años he logrado vender al menos 2 títulos de los que menciona Alex en su cuantiosa lista. Las cifras hablan y me parece malicioso el comentario de leerlos en los estantes o guardarlos. Atroz comentario, atroz. ¿Será por este tipo de comentarios que las bodegas están repletas de esos libros? Espero mis ventas no disminuyan por esto, tenía proyectado vender al menos un título antes de finalizar el semestre. Saludos coordiales.
Que agradable debe ser continuar la tradición cervantina de quemar libros de caballería!
Germán, te puedo prestar algunos de esos libros que ”sí se leen en todo el país”, ¿qué te parece?
G.A., debo aclarar que yo no he hecho ninguna conexión maliciosa, solo era una pregunta bueniciosa. Ahora, debe ser que no soy asiduo de las lecturas inodoras.
Juan debería hacer circular algunas copias de esos libros que cita, pues ya no se consiguen. A mí me prestaron un par de esos, pero los perdí y no me prestaron más.
Y Alexánder, divertite con ese troll(glodita) y sus comentarios chatos y obtusos. Es inofensivo y mediocre y lo leen fuera del Valle Central.
Bueno, voy al baño... saludos.
No puedo olvidar apropósito del comentario de G.A. y las lecturas de inodoros, y traer a colación el maravilloso relato de Sergio Golwars: El Seminario Vergonzante, que pronto subiremos íntegro en nuestro blog para las delicias de todo el que se atreva... jejeje...
Gracias Gustavo por tu generosidad, (supongo que estás desesperado por desacerte de esos libros y no has sabido cómo) pero tengo tantas cosas importantes que hacer... jejejeje, ;-)
A mi precioso Alex, cuanto valoro no sabes la molestia investigativa de pasarnos esa enorme lista de obituarios, perdón de galardonados...
En todo caso, Carlitos Morales debería estar muy agradecido de toda la atención que le hemos prestado en sus breves momentos de inmortalidad...
Byron... el que lleve el guarito y las birritas el día del cine foro en casa, se lleva gratis una copia en DVD de la Muerte en Venecia, y de Plan 9 del Espacio Exterior de Ed Wood.
Excelente imagen para el encabezado.
Un abrazo.
Muy buena la imagen de encabezado, sí...
Sentenciiero y Byron:
Gracias por atender la recomendación. Sin embargo también recomiendo alcohol, guantes de látex y mascarillas como con la fiebre porcina. Y claro... Disclaimer: "Read at your own personal risk".
Anónimo #1:
"Tu última novela es un plato fuerte..." No sabés cómo se agradece el comentario, ya sea que sea elogio o no.
Juan Hernández:
Tranquilo, mi hermano, por este medio haremos una campaña de lectura para que esos premiecitos se lean en San José, en Batán y hasta en Westfalia y MMedio Queso, si es necesario. Así tu status económico social no estará en peligro alguno.
Del OTRO LADO de la PARED:
Mis bendiciones para vos.
Juan Murilo:
esa "ars combinatoria" tuya se la debés probablemente al libro de Carreño, ¡una polvareda de aire fresco en nuestro medio!
Laura:
Gracias por tu voto de confianza. Espero que cuando leás el libro sigás pensando igual.
Rónald:
Gracias por tus nobles palabras. Ya sabés que aquí en Costa Rica también tratamos de seguirte la pista y a los de tu generación: Méndez, Payeras, Echeverría, Prado, etc., etc. Es decir, la narrativa de Guatemala está en un momento de supernova y estoy seguro de que brillará así por mucho tiempo.
Guega:
según lo que decís, tu suerte ha sido extraordinaria. Felicidades.
Asterión:
No seás mal pensado. ¡Claro que los libros y el inodoro no guardan relación alguna! ¡Faltaba más!... Todo es producto, te lo aseguro, de una coinicdencia "farctal".
Juan Hernández:
No sé si Moncho cuenta como fuera o dentro del Valle Central. Habría que preguntárselo al troll de turno.
Gustavo Adolfo:
Cuando Rodin esculpía su célebre "Pensador" estoy seguro que el fuerzudo estaba sentado en el trono frunciendo el entrecejo por razones obvias. Lo único malo de la escultura es que nadie ve el libro que Rodin talló al pie de su estatua.
sOren:
Nunca he estado a favor de la quema de libros, pero hay unos tomitos que lo piden a gritos. Y si bien nunca los quemaría públicamente, en casa sí haría mi propia "barbacoa" privada.
Asterión:
¿Qué libro te llevaste para el baño? Yo una vez me leí "Juan Salvador Gaviota" de una sola "sentada".
Guega:
Así es. Le estamos regalando al señor ese segundos extra ante las cámaras. Pero después, se apagarán las luces.
Asterión y gustavo Adolfo:
Gracias por el comentario del encabezado, pero el mérito va para Del OTRO LADO de la PARED que, además de buen amigo es un artista gráfico.
llevate lo que quieras d emi blog
che, donde esta ballard?
P. y K., ¿Cuál Ballard?
Gracias por el permiso.
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