En el orden usual: 1. Peter Orlovsky, poeta y pareja sempiterna de Ginsberg. 2. William Burroughs, novelista, sosteniendo una cámara. 3. Allen Ginsberg, poeta, fumando. 4 Alan Ansen, editor, amigo del grupo, ayudaba en ese entonces con el fatigoso trabajo de los "cut-ups" de Burroughs. 5. Gregory Corso, poeta, con anteojos oscuros. 6. Ian Sommerville, músico y especialista en sonidos electrónicos; novio de Burroughs por esos días. 7. Paul Bowles, novelista y cuentista, de traje entero. Un grupo de amigos (y amantes) escritores es también un taller literario. Muy pocos han escrito y publicado en completa soledad con éxito. La tentación a jugar de dios es muy grande, especialmente entre los poetas.
1. Lea de todo, desde lo pésimo hasta lo genial. Solo así distinguirá uno del otro. Y solo así sabrá dónde está lo suyo.
2. Hable con todos: taxistas, oportunistas, travestis, abuelitas y genios.
3. Escuche TODAS las recomendaciones y PONDÉRELAS. Y entre más ridículas, pondérelas aún más.
4. Escriba, escriba y escriba.
5. CORRIJA, CORRIJA Y CORRIJA.
6. BOTE, BOTE Y BOTE. (No se vale saltarse esta).
7. Después de escuchar a todos, (no antes) consulte con sus instinto.
8. Vaya a talleres y tómelos en serio, sin dejar de vacilar, de tomar y de fornicar todo lo que pueda, que también son para eso.
9. Un taller es tan bueno como lo sean sus integrantes. En ellos todos aprendemos a escribir mejor, pero solo los que ya tenían la aptitud saldrán adelante. Los demás volverán a sus oficios anteriores.
10. Hay talleres mal dirigidos con buenos aprendices.
11. Hay talleres bien dirigidos con malos aprendices.
12. Hay talleres bien dirigidos con buenos aprendices.
13. Y también hay talleres trascendentalistas.
14. Tenga huevos (afuera o adentro del cuerpo) y no le eche la culpa a un taller por sus fracasos personales. (Recuerde el punto 9, el taller es tan bueno o tan malo como lo sean sus integrantes).
15. Un buen aprendiz aprenderá mucho aun en un taller malo.
16. Un mal aprendiz no aprendería ni aunque tenga a Eunice, a Yolanda y a Quincho de instructores. Saldrá muy motivado y muy inspirado pero Salamanca no otorgará lo que natura no da.
17. Recuerde muy bien que si nadie cree que usted es un buen escritor, (de veras, nadie, nadie [a excepción de la pareja de turno que siempre es un/a arrastrado/a]) los grandes culpables son sus tatas por no aportar mejores genes.
18. Las grandes lecturas son como los astros: inclinan pero no obligan. Y mucho menos hacen milagros.
19 Si tiene novio, siempre le dirá que usted es "genial" escritor/a para poder cogérselo/a.
20. Si tiene novia siempre le dirá que usted es "genial" escritor/a para poder cazarlo/a.
21. Si usted es mujer u hombre gay y tiene novio, ese humilde novio suyo tratará de pavimentar su camino hasta su cama con montañas de poesía. Usted decide si deja que construya esa montaña en su cuarto (o en la casa de un compa).
22. Cada vez que crea que un taller es totalmente malo, vuelva a ver hacia un espejo. Ahí encontrará al genio que no necesitó de ese taller, o al fracasado que le dio peor reputación.
23. La poesía es grande, lumínica y maravillosa, pero no resuelve más que el tedio mientras alimenta el triste ego. Algo muy parecido se puede decir de la prosa. Pero tanto el buen escritor como el buen lector son onanistas de armario. ¡Participe: Es una orgía cósmica!
24. Por último, diga lo usted diga, y diga lo que yo diga, solo aquello que escribimos dirá la verdad. Nuestro corpus siempre invalida nuestras excusas.