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martes, diciembre 14, 2010

SONETO AL HUECO DEL CULO: Rimbaud y Verlaine.

 Rimbaud en 1871.

Los poemas a ciertas partes del cuerpo son comunes: los senos, los ojos y las piernas están quizás entre los preferidos. Pero hay otras partes poco o casi nada nombradas. En tiempos recientes el pene, la vagina y las nalgas han tomado cierta relevancia entre la poesía de les autores modernes, pero todavía hay rinconcitos innombrados e innombrables. El esfínter anal, por ejemplo, es aún una parte tabú del repertorio sexual entre les poetas; tanto así, que mucha gente -culta o no- se resiste a verlo como un órgano propiamente sexual.

Paul Verlaine y Arthur Rimbaud se dedicaron a tratar de entender a ese desafortunado huequito como un auténtico centro de placer. Y por eso acometieron la tarea de adorarlo con algo que fuera más allá de sus folladas cotidianas.

En esta colaboración poética las dos cuartetas son de Verlaine y los dos tercetos de Rimbaud. ¡Disfrutad!


SONETO AL HUECO DEL CULO

Oscuro y fruncido como un clavel violeta
respira, tímidamente oculto bajo el musgo;
el licor del amor todavía lo humedece
y fluye por el leve declive de las nalgas.

Filamentos parecidos a lágrimas de leche
lloran ante el triste soplo que los arrastra
a través de piedritas de abonos arcillosos
hacia el declive que ahora los reclama.

A menudo mi boca se acopla a su ventosa
y allí mi alma, del coito material envidiosa,
cava su lagrimal feroz, su nido de sollozos.

Es la argolla extasiada y la flauta mimosa,
tubo por donde baja el celestial confite,
Canaan femenino de humedades nacientes.

En lo que a mí concierne, el poema conserva toda su actualidad.

jueves, diciembre 09, 2010

FAUSTÓFELES de José Ricardo Chaves


Faustófeles de Jose Ricardo Chaves

El escritor costarricense radicado en México, José Ricardo Chaves, ha ganado el premio bianual de novela de la Academia costarricense de la lengua, para el período 2008-2009. La edición anterior la había ganado Tatiana Lobo con su novela El corazón del silencio.

Faustófeles, la obra ganadora, ha sido editada por Uruk Editores, 2009, y será presentada al público este martes 14 de diciembre en el Instituto de México.

Participarán en el conservatorio sobre la obra de Chaves Alfonso Chase, Karen Calvo, Carlos Cortés y miembros designados de la Academia cosatarricense de la lengua.

miércoles, diciembre 01, 2010

BIRDS IN THE NIGHT / PÁJAROS EN LA NOCHE. Luis Cernuda

 Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Federico García Lorca.


BIRDS IN THE NIGHT

El gobierno francés, ¿o fue el gobierno inglés?, puso una lápida
En esa casa de 8 Great College Street, Camden Town, Londres,
Adonde en una habitación Rimbaud y Verlaine, rara pareja,
Vivieron, bebieron, trabajaron, fornicaron,
Durante algunas breves semanas tormentosas.
Al acto inaugural asistieron sin duda embajador y alcalde,
Todos aquellos que fueran enemigos de Verlaine y Rimbaud cuando vivían.

La casa es triste y pobre, como el barrio,
Con la tristeza sórdida que va con lo que es pobre,
No la tristeza funeral de lo que es rico sin espíritu.
Cuando la tarde cae, como en el tiempo de ellos,
Sobre su acera, húmedo y gris el aire, un organillo
Suena, y los vecinos, de vuelta del trabajo,
Bailan unos, los jóvenes, los otros van a la taberna.

Corta fue la amistad singular de Verlaine el borracho
Y de Rimbaud el golfo, querellándose largamente.
Mas podemos pensar que acaso un buen instante
Hubo para los dos, al menos si recordaba cada uno
Que dejaron atrás la madre inaguantable y la aburrida esposa.
Pero la libertad no es de este mundo, y los libertos,
En ruptura con todo, tuvieron que pagarla a precio alto.

Sí, estuvieron ahí, la lápida lo dice, tras el muro,
Presos de su destino: la amistad imposible, la amargura
De la separación, el escándalo luego; y para éste
El proceso, la cárcel por dos años, gracias a sus costumbres
Que sociedad y ley condenan, hoy al menos; para aquél a solas
Errar desde un rincón a otro de la tierra,
Huyendo a nuestro mundo y su progreso renombrado.

El silencio del uno y la locuacidad banal del otro
Se compensaron. Rimbaud rechazó la mano que oprimía
Su vida; Verlaine la besa, aceptando su castigo.
Uno arrastra en el cinto el oro que ha ganado; el otro
Lo malgasta en ajenjo y mujerzuelas. Pero ambos
En entredicho siempre de las autoridades, de la gente
Que con trabajo ajeno se enriquece y triunfa.

Entonces hasta la negra prostituta tenía derecho de insultarlos;
Hoy, como el tiempo ha pasado, como pasa en el mundo,
Vida al margen de todo, sodomía, borrachera, versos escarnecidos,
Ya no importan en ellos, y Francia usa de ambos nombres y ambas obras
Para mayor gloria de Francia y su arte lógico.
Sus actos y sus pasos se investigan, dando al público
Detalles íntimos de sus vidas. Nadie se asusta ahora, ni protesta.

"¿Verlaine? Vaya, amigo mío, un sátiro, un verdadero sátiro.
Cuando de la mujer se trata; bien normal era el hombre,
Igual que usted y que yo. ¿Rimbaud? Católico sincero, como está demostrado."
Y se recitan trozos del “Barco Ebrio” y del soneto a las “Vocales”.
Mas de Verlaine no se recita nada, porque no está de moda
Como el otro, del que se lanzan textos falsos en edición de lujo;
Poetas mozos de todos los países hablan mucho de él en sus provincias.

¿Oyen los muertos lo que los vivos dicen luego de ellos?
Ojalá nada oigan: ha de ser un alivio ese silencio interminable
Para aquellos que vivieron por la palabra y murieron por ella,
Como Rimbaud y Verlaine. Pero el silencio allá no evita
Acá la farsa elogiosa repugnante. Alguna vez deseó uno
Que la humanidad tuviese una sola cabeza, para así cortársela.
Tal vez exageraba: si fuera sólo una cucaracha, y aplastarla.

Luis Cernuda (1902-1963). De su poemario Desolación de la quimera (1962).