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domingo, enero 29, 2012

REALITY CHECK (o todo escritor debe acostumbrase a la coprofagia).

La fama es tan transitoria para un escritor de Cost Rica que los quince minutos de Andy Warhol ya son varias vidas para un tico. Hasta María José Castillo ha disfrutado de una fama diez o veinte veces más eterna que la de alguien que hace narrativa en nuestro país.

Uno abre una página de Facebook para hacerse de amigues y comunicarse con les que ya tiene. Yo abrí la mía en la primera semana de febrero del 2010 para poder comunicar ampliamente la presentación de la segunda edición de El más violento paraíso, por editorial Lanzallamas.

Pero haciendo cuentas, apenas unos días antes de que se cumplan los dos años, tal parece que esa no fue la mejor de las estrategias. Tengo muches enemigues allí afuera. Pero eso ya lo sabía desde antes. Lo que no sabía, y sigo sin saber, es qué cosa se dice exactamente de mí. Una amiga de FB me asegura que son "cosas muy malas" y "chismes horrendos" y que por ello mismo muches no leen mi literatura.

Dicen que soy un escritor "talentoso" pero a la vez una persona "horrible" y "calumniadora".

 Con mi hermano Carlos en Disneylandia, 2011.

Tal parece que mi reputación va a contrapelo de El más violento paraíso. Me explico: en la novela la mayoría de los eventos importantes son ficticios, mientras que muchos de los detalles menores son verdaderos, pero la mayoría de los lectores los han entendido al revés. Así, en mi vida mis grandes vicios son ciertos para muchos lectores y mis pequeños defectos son verdaderos. Pero la verdad resulta ser al contrario. Mis grandes vicios son en su mayoría ficticios y mis pequeños problemas son muy reales.
Lo de "calumniador" lo rechazo de plano. Ser calumniador implica de inmediato ser mentiroso. Y ese no soy yo. Cuando digo que Beto Cañas es lastre en la cultura literaria y política de Costa Rica no estoy mintiendo, pero para muchos esa es una conchada que NO se debe decir. Parece que les molesta mi tendencia a ignorar la corrección política.

 
Hay que ser el payaso de la fiesta para caerle bien a todos. Y si Porcionzón llegó antes que vos, estás cagado.

 Se me avisa también que si sigo en mi vida de "chismoso y calumniador" me dejarán de leer. Ese es un derecho pleno que cada une de ustedes tiene, aunque a mí me duela. Es, en definitiva, una elección que todo lector tiene. A veces la reputación o chismes acerca de un autor hace que muchos decidan leerlo o no leerlo. Eso es un clásico ejemplo de "juzgar a un libro por la cubierta".

¿Y qué se es lo que se dirá en concreto de mi persona? ¿Qué arreglo concursos? ¿Que amenazo a los juados (¿con la verdad)? ¿Que violo niños y tortugas ninya? ¿Que enveneno pozos y almas? ¿Que irrespeto las sacrosantas instituciones del patriarcado y de "el juez siempre tiene la razón y todo está divino en Costa Rica"?... ... Vaya usted a saber.

Lo cierto es que también me recomiendan que escriba más (eso está bien) y que cuide más mi salud (eso está muy bien). Pero también me piden que deje de hacer "cátedra".

Lo siento. No creo poder hacerlo. No está en mi naturaleza ver como poco a poco nos roban la casa y el país y quedarme callado. No puedo decir "está bien" cuando yo siento que la cosa "está mal". El premio Aquileo que Gabriel Baltodano, Marielos Castro y Claudio Monge le dieron en 2008 a Carlos Morales por su novela, La rebelión de las avispas, por ejemplo, sigue siento una bofetada en la cara a la literatura de este país y a todos sus escritores series y honestes.

Solo una aristócrata envenenadora como Lucrecia Borgia sobreviviría en el medio tico. A la Mona Lisa nos la cogeríamos entre todos.
Así que seguiré posteando y hablando, aunque quizás me preocupe cada vez menos por ese abstracto común que conocemos con el nombre de "futuro literario de Costa Rica", ya que aquí defender es insultar y expresar la propia verdad es calumniar. Quien sabe, puede que un día de tantos le siga el consejo a la amiga internauta y me desaparezca del todo.

A mal árbol se arrima quien quiera hacer arte bajo la sombra de Costa Rica.