COMENTARIO DEL AUTOR SOBRE “EL MÁS VIOLENTO PARAÍSO” AL GRUPO DE DOÑA CARMEN NARANJO, AÑO 2000
(O DE COMO NO MENTIR A RIESGO DE INMODESTIA O, PEOR AÚN, DE INDIGESTIÓN)
(O DE COMO NO MENTIR A RIESGO DE INMODESTIA O, PEOR AÚN, DE INDIGESTIÓN)
Comienzo entonces, a hacerles un tour de El Más Violento Paraíso pidiéndoles que tengan en cuenta lo ya dicho: 1. Los comentarios son la mezcla de lo que otros han dicho sobre la novela junto con mis propios comentarios e intenciones, y 2. el superlativo del título no pretende ser excesivo por decoración. La novela ES un plato fuerte y no se pretende disfrazar de otra cosa. El asunto a dirimir, según lo veo yo, no sería entonces si es o no es una novela fuerte, pues eso ya está claro, sino más bien si es o no es una novela buena, y por tanto digna de publicarse.
ESTRUCTURA Y ESTILO: DESTIERRO, LABERINTO Y ASILO
El Más Violento Paraíso es un texto de más o menos 500 páginas divididas en 65 capítulos. Éstos son de tamaño variable y no necesariamente obedecen a una estructura espacio-temporal indispensable. Dicho de otra manera: están agrupados según un orden específico, pero se pueden leer en cualquier orden que el lector quiera. Esto hace que los capítulos sean, hasta cierto punto, autónomos, por lo que no hay un hilo narrativo fluido y secuencial que le dé al lector asideros o esperanzas de encontrar “ya todo hecho”. El texto se convierte entonces en un verdadero infierno para el lector que no esté dispuesto a jugar, a esperar, y, sobre todo, a re-crear. Pero, si quien lee la novela sí acepta estas reglas, creo que le espera una experiencia literaria muy distinta.
ESTRUCTURA Y ESTILO: DESTIERRO, LABERINTO Y ASILO
El Más Violento Paraíso es un texto de más o menos 500 páginas divididas en 65 capítulos. Éstos son de tamaño variable y no necesariamente obedecen a una estructura espacio-temporal indispensable. Dicho de otra manera: están agrupados según un orden específico, pero se pueden leer en cualquier orden que el lector quiera. Esto hace que los capítulos sean, hasta cierto punto, autónomos, por lo que no hay un hilo narrativo fluido y secuencial que le dé al lector asideros o esperanzas de encontrar “ya todo hecho”. El texto se convierte entonces en un verdadero infierno para el lector que no esté dispuesto a jugar, a esperar, y, sobre todo, a re-crear. Pero, si quien lee la novela sí acepta estas reglas, creo que le espera una experiencia literaria muy distinta.
Bueno, si el texto no tiene el discurrir del tiempo-espacio como ordenador natural, entonces, ¿qué lo ordena? Los elementos ordenadores son las atmósferas, los deja vu, los símbolos, las reencarnaciones o los avatares, (quien sabe), las vidas paralelas, las reflexiones en retrospectiva, los sueños, los miedos, los bajos instintos, los espacios compartidos, las claves históricas, la(s) religión(es), la poesía, la escultura y la forma en que el lector pondere estos elementos.
Una de las cosas que el lector debería saber de antemano es que EMVP no empieza a destilar la esencia de una cosa unitaria, completa sino hasta pasada la primera sección, cuando el lector empieza a ver que “el rompecabezas se le va armando”, (¡o que no se le va armando!). Por eso debe ser paciente al principio. Esta característica, además, es compartida con novelas como 62: Modelo para Armar y Rayuela, ambas de Julio Cortázar, The Wild Boys de William Burroughs, Baal Babilonia de Fernando Arrabal y quizá un poco también, aunque en mucho menor grado, con Paradiso de José Lezama Lima. La diferencia radical con estas novelas es la ventaja del tiempo. Al ser hija de la posmodernidad reciente, mi novela echa mano de recursos más heterodoxos y radicales que sus antecesores en el campo de la novela-rompecabezas.
Una de las cosas que el lector debería saber de antemano es que EMVP no empieza a destilar la esencia de una cosa unitaria, completa sino hasta pasada la primera sección, cuando el lector empieza a ver que “el rompecabezas se le va armando”, (¡o que no se le va armando!). Por eso debe ser paciente al principio. Esta característica, además, es compartida con novelas como 62: Modelo para Armar y Rayuela, ambas de Julio Cortázar, The Wild Boys de William Burroughs, Baal Babilonia de Fernando Arrabal y quizá un poco también, aunque en mucho menor grado, con Paradiso de José Lezama Lima. La diferencia radical con estas novelas es la ventaja del tiempo. Al ser hija de la posmodernidad reciente, mi novela echa mano de recursos más heterodoxos y radicales que sus antecesores en el campo de la novela-rompecabezas.
Ya habiendo mencionado a Burroughs y a Arrabal, es justo citar otros nombres en torno a quienes la novela respiró sus orígenes. Tiene algo de Ray Bradbury en las secciones de ciencia ficción, de H.P. Lovecraft en las de magia y terror, y de Dennis Cooper y el mismo Burroughs en las de erotismo y/o violencia, pero en lo referente al carnaval, al menos en el sentido bajtiniano, se lo debo principalmente a Reinaldo Arenas y a Severo Sarduy, es decir, al neo-barroco cubano.
Una de las cosas que más me enorgullece como autor de esta novela es escuchar el comentario más o menos frecuente de que pese a su densidad temática y abundancia de personajes, EMVP atrapa al lector y lo motiva a seguir leyendo hasta empezar a desentrañar los misterios temáticos del texto. No voy a engañar al lector o lectora diciendo que el libro es muy fácil de leer, pero sí le advierto, como me lo han hecho saber los lectores, que es una lectura amena y a veces muy cautivante. A pesar de eso, un lector se “quejó” alguna vez de que El Más Violento Paraíso exige un lector culto. Creo que eso es cierto; sin embargo, no pienso, ni mucho menos, que sea algo de lo que me deba avergonzar, porque, a fin de cuentas, es un tipo de literatura que hace falta en nuestro medio literario. En la Costa Rica de este momento hay muy pero muy poco trabajo en literatura que divierta y a la vez rete intelectualmente al lector.
LA TEMÁTICA: NO NECESARIAMENTE TEMA TICO
Los temas de la novela son simultáneamente su mayor virtud y su mayor defecto. Atraen a muchos lectores como abejas al panal y rechazan a otros como lo hace una rata de caño a tres o más días de su lamentable deceso. Lo cierto es que muchos de ellos, la mayoría, según un par de lectores, son temas que han estado más o menos ausentes de la literatura nacional. Creo que eso se debe a un prurito: ni el público costarricense ni los mismos autores creemos que la literatura tica puede aguantar temas tan “serios” como la historia universal o la historia de las religiones. Sin embargo, no podremos decir con honestidad que eso es cierto si no mantenemos, a la misma vez, actualizada la nómina de nuestras lecturas nacionales. Nadie en su sano juicio debería hablar mal de una literatura que no lee. Hacerlo simplemente nos desenmascararía como absolutos superficiales.
Ya dicho lo anterior, les presento entonces una lista de los más o menos cuarenta y dos temas de la novela:
· el culto griego de Dionisos
· la Calle Cáustica en San Pedro, (metáfora del carnaval)
· los escritores de CR en pleno autoexilio
· algo de la vida de Eunice Odio después de su muerte
· el sacrificio humano
· el uso ritual/no ritual de las drogas (actuales y futuras)
· la vanguardia novelística del s. XX (presente en espíritu)
· algo de la vida del poeta David Maradiaga después de su muerte
· la violencia en el erotismo
· uso del español costarricense barriocubano, sampedreño y hatillense más censurado por los hijos impolutos de la R.A.E.
· la homosexualidad efebólatra, descarnada y viajando de alucinación en alucinación
· la magia y la brujería
· los viajes en el tiempo o entre dimensiones
· una interpretación neo-poética de La Tempestad de Shakespeare
· una viñeta sobre el Caravaggio
· la cultura minoica y su ciudad ancestral de Knossos
· la ciudad de Constantinopla (presente y pasado)
· la vida humana como colonia extraterrestre
· la soledad
· la Atlántida
· el miedo a los demonios clásicos (Asmodeo, Satanás, Lucifer, etc.,)
· los monjes bizantinos de los ss. IV y VIII
· la prostitución
· la búsqueda del arquetipo del “paraíso perdido”
· Zeus y Semele
· la diosa lunar de Creta
· el Minotauro y su laberinto
· el sueño de la anarquía
· la vida del asesino múltiple del s. XV Gilles de Rais
· el arte como vitalismo
· la escatología (no me refiero a la religión)
· Arthur Rimbaud como vidente, como “alquimista del verbo”, como arquetipo del genio/duende
· la reencarnación y los avatares
· la ciencia ficción
· Shiva Nataraya
· la “ciudad de Dios”
· las Iluminaciones de Rimbaud
· Platón
· el misticismo y las visiones
· la diosa madre universal
· la guerra y la violencia
· el horror y la muerte
Me apena mucho haber sido tan exhaustivo pero debía serlo para lograr dos cosas. Una es darles a Uds. una idea justa del alcance temático de la novela. La otra es intrigarlos a ver si algún día se deciden a leerla. Espero haber tenido éxito en ambas intenciones.
Una breve reafirmación sobre estilo: aunque la novela pasa por todos estos vericuetos y filigranas temáticos, para mí lo más importante siempre fue motivar y divertir a mi lector aunque no entendiera lo temático. Parece que tuve éxito pues ningún lector, culto o no, se ha quejado de no haber entendido la novela por no conocer el tema que estaba tratando. Tal vez ahí radica el éxito de EMVP: en que a pesar de sus “ínfulas” culturales, no intimida al lector no entendido.
Bien, si a estas alturas no he quedado ya ante ustedes como el tipo más patán y engreído de Costa Rica quiere decir que son un grupo muy amable y tolerante de lectores. Les agradezco la oportunidad de permitirme compartir mi novela.
Muchas gracias.
ALEXÁNDER OBANDO
29-30 de mayo del año 2000
1 comentario:
Un libro que rompió...
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