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domingo, abril 04, 2010

CRÓNICAS DE PITTSBURGH: Día 1.

Sistema de "aeropuertos" de Houston.

Nota: Estas crónicas sobre el viaje a Pittsburgh están escritas según la tradición literaria del carnaval y lo grotesco. Si esta estéica no congenia con usted... get a life!

10:00-13:00
Horrible espera en el Santamaría. Calor. Gente. Maletas. Detectores. Zumbidos. Alarmas. Silbidos. Subo al avión y no estoy seguro de llevar puestos mis propios zapatos. Me quedan un poco grandes y huelen a señora travesti.

13:00-17:00
Vuelo tranquilo a través de Mesoamérica. Como en el aire en dos sentidos: a varios kilómetros sobre la Tierra y a varias pulgadas sobre mi panza. Para la talla porno (triple X) no hay mesita retractil.

17:00-19:00
Houston. Aterrizaje de seda sobre la pista texana. Comienza la pesadilla. Camino uno o mas kilómetros en busca de la aduana. Paso la aduana con tranquilidad. Otra maratón al reclamo de equipaje. Lo logro y ahora a la puerta B83B (edificio B, puerta 83, seccion B). Me pierdo. Pregunto por la maldita puerta y me informan con carita de tugurio que mi punto de abordaje está en el otro lado del aeropuerto. (Aclaración obligada: Houston no es un aeropuerto; es la suma y endredo de seis aeropuertos entrelazados por un sistema de trenes y otro de pistas). Lloro (sin derramar lágrimas). Veo un carrito de golf con una ancianita al volante. La paro y me dice que me lleva con mucho gusto. La viejita y yo departimos alegremente mientras nos vamos perdiendo mas y mas. Llegamos a otro extremo del aeropuerto donde nos dicen que estamos en el otro lado (del otro lado) del aeropuerto. (Ahora sí lloro de verdad).

19:00-19:10
El carrito de golf avanza con el San Nicolás llorón a otra parte del "otro lado". Llegamos y me dicen que el vuelo parte en siete minutos. Declaro al "siete" como mi número de la buena suerte.

19:10-22:45
Vuelo tranquilo pero algo estrujado en lo que en Tiquicia llamariamos un "jet ejecutivo", un bicho bello pero chiquitín. Otra jama en el aire del aire. De pronto: necesidad de ir al cagatorio. Golpeo a ocho o diez pasajeros mientras avanzo de la primera fila al fondo del puto avión donde el baño me espera. Otro lugar de tamaño liliputiense. No puedo abrir las piernas para mear tranquilo antes de cagar. El pito estrujado enrtre las piernas no puede "operar" tranquilamente y la mayor parte de la meada cae sobre el calzoncillo. Estrategia de emergencia: busco la puertilla que dice WASTE  y echo por ella el calzoncillo (nuevo). (Otra vez ganas de llorar). Me limpio y me subo el pantalón. Me siento desnudo... o al menos casi desnudo. Termino con mi toilette y de regreso, vuelvo a golpear a varia gente, incluída la simpatica aeromoza. Me acomodo, me abrocho y trato de relajarme, pero la sensacion de desnudez me ahueva. Cierro los ojos y de repente recuerdo que mi seudónimo es Escatonauta. Sonrío y duermo un poco más de media hora...

22:45-01:00
Aterrizaje brusco en Pittsburgh. Lo consabido: los aviones pequeños se mueven como una batidora al momento del despegue y del aterrizaje. El lugar es bello. Pasillos limpios, poca gente, y señalamientos más claros que en Houston. El clima es frío (unos 6 grados) y los muchchos muy hermosos. Llego a la puerta de recogida y no me recogen. (Esto empieza a parecerse a mi vida sexual). Espero media hora... una hora...  y de pronto se me ocurre que existen los telefonos. Llamo a la compañía de taxis que debía recogerme y dicen que ya se llevaron a todos para el centro de la ciudad y que lo sienten mucho. Escuchan por primera vez en sus vidas insultos en español costarricense... Luego me traduzco diciendo que no hay problema y que muchas gracias. Pido un taxi y el taxista casi me mata del susto: alto, viejo, espigado, con una barba que le llega a la cintura. Me acuerdo que estoy en territorio de los campesinos yanquis (rednecks) y me tranquilizo. El señor resulta ser un taxista cuya vocación de guia turistico ad hoc se le sale por la orejas. Me da un simpático y convincente panorama de la ciudad de William Pitt y me deja en el hotel a la una de la mañana. Nunca antes había pagado 26 mil colones por una vueltita en taxi. Y eso que se me olvidó la propina del taxista; entonces él, muy caballerosamente, se dejó dos dolares del vuelto. Digo "caballerosamente" porque les correspondían unos ocho dolares... ... El hotel es otra historia. El lujo y boato hasta maltrata la vista. Es de tipo neoclásico mezclado con art-nouveau. Pronto me entero de que Pittsburgh es una ciudad de edificios históricos. A las tres de la mañna, caigo muerto en una gigantesca cama de de roble viejo con un respaldar más grande y mas alto que un piano vertical. Por fin siento que tengo mi propio ataud....

 Detalle de la fachada de mi hotel.

10 comentarios:

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

Asumo que escribís ya desde estas tierras, así que bienvenido.

La fachada del hotel muy bella... a ver qué más nos deparan estas crónicas. Sé que de algún modo te habrás resarcido por los baños minúsculos y los cagatorios imposibles.

Un abrazo

FRANK RUFFINO dijo...

Alexánder amigo:

Bueno tenerte de vuelta sano y salvo y para seguir danto la lata en este universo de Tiquicia.

Cuando estabas en el purgatorio estrecho del avión tratando de echar un churro reacio a la incomodidad, lo hacías con honores sobre una gran cloaca que es el sistema de los E.U.A. Yo hubiera aligerado el intestino y cubro todo el bello paisaje de Gringolandia (que también tiene cosas y gentes extraordinarias, como otrora el antiguo Imperio Romano) de gallo pinto tico procesado, a ver si acaso el gobierno del negrito Obama de una vez por todos humaniza el sistema, y nos da el campo que nos merecemos los latinos en esa nación racista y neocolonialista.

Eso sí: te fue mejor que el propio Fiscal General de la República, Francisco D'aLanesse y que a Giannina Segnini, y eso que es de un diario neoliberal como La Nazi-ón, y ambas situaciones bajo el reino del Cartel Arias, dictadura corronga, pero chupapollas de los gobiernos gringo y chino (arroz con mango es lo que nos van a dar).

Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,

Frank.

J.P. Morales dijo...

¡Pero llegaste! jaja. Mae diay un poco atribulado el viaje pero nada que un escritor no pueda soportar... o algo. Cuidate mucho, suerte.

depeupleur dijo...

Bueno, parece que no te fue tan mal :)

Alexánder Obando dijo...

Queridos amigos:

Llegué hace paenas dos horas. Mañana o pasado actualizo esta entrada y sigo con los demás días.

Gracias por vistar este paraisillo.

Guillermo Barquero dijo...

Super entretenido y fino... ¡excepto por esas putas eñes que ponés como nh! Suerte, espero el resto de la saga maligna del sin-calzoncillo.

Alexánder Obando dijo...

Sentenciero:

Gracias compa pero las eñes y las nh exógenas son el resultado de estar en una compu rígida, gringa y que no acepta cambios. Ahora que estoy de vuelta lo corrigiré todo.

Juan:

En el aspercto cultural y profesional no me fue nada mal.

JP:

Creo que para un escritor paranoico, hipocondriaco y "grande" el viaje fue inusualmente difícil... pero cada momento valió la pena.

Frank:

Gracias por tus enhorabuenas. Creo que lo mio no fue tan malo como sí en el caso de la gente que mencionás. Un abrazo fraterno.

Alexánder Obando dijo...

Asterión, todo pura vida. Hoy mismo actualizo y muchas gracias.

CAQ dijo...

El más violento... cague en un avión!!!

jajaja!!! exc! (el texto, no tanto así el hecho) pero bueno, exc que estés vivo y bien!!!

Un abrazo y pasala bien!

C.

Alexánder Obando dijo...

CAQ:

Buen título el que le pusiste. Lo conisderaré para una novela, jejeje.