Descubrimiento de la “vocación”.
En el verano de 1968 Carlos, mi hermano mayor, cometió un error por el que siempre le estaré agradecido. Siendo él un fan de la ciencia ficción y siendo yo otro aún más fanático, mi hermano compró dos boletos para ver la peli que ese verano tenía a todo el mundo conmocionado.
Así una tarde de sábado, enfundado Carlos en uno de sus muchos sacos deportivos y yo enterrado en mis anteojos de "nerd" de los 60 y una gigantesca palangana de palomitas de maíz, nos acomodamos en la platea del entonces lujoso cine Wiltern, sito en la intersección de la Wilshire y la Western (de ahí el nombre poco creativo de la sala).
A partir de ese momento todo fue fascinación y tortura. Fascinación porque lo que teníamos frente a nosotros era superior a los rides de LSD que tanto se comentaban por esos días (yo a los diez años todavía no era toxicómano) y tortura porque mi hermano sudaba de la angustia al no poder contenerme. Cada diez minutos yo preguntaba “What’s that?” o “What does that mean?” o los interminables “Whys” que un chico de mi edad hace ante semejante situación. Pero lo que Carlos no me dijo y yo vine a entender con el tiempo era que él tampoco estaba entendiendo un comino, aunque ambos estábamos al borde del alarido por la maravillosa sobreexposición estética. Así, mi hermano y yo vimos por primera vez 2001: Odisea del espacio.
Unos tres años después, rememorando ese trascendente momento, me hice a mí mismo una promesa: “Ya no seré científico loco (sic) sino artista, y para lograrlo me doy todo el tiempo del mundo, es decir, hasta el año 2001”, en que yo cumpliría los 42. Pues pasó toda una vida llena de cosas buenas y malas pero nada de arte provechoso. Intenté la plástica, la escultura, la música y hasta la actuación y resulté en todos, al igual que don Guido Sáenz, un discreto fracaso. Decidí entonces que me suicidaría a los 30… pero luego lo pospuse para los 40… y luego para los 50… y actualmente creo que lo tengo programado para los 80, o algo así.
En fin, llegó el año 2001 y yo publiqué El más violento paraíso, primer trabajo artistico mío que gozaba, y aún goza, de mi confianza y aprobación. Es decir, ¡salvado por la campana! (Aunque no creo tener el verdadero valor que se requiere para ser un suicida de renombre y prestigio como tal).
El arte que genera arte.
Kubrick decidió dejar de usar la maquinaria de Hollywood en lo que respecta a música cuando cayó en cuenta de que no era necesaria. “Para qué usar música buena (a precios exorbitantes) cuando se puede usar música genial (casi de gratis). Esta meditación hizo que desestimara la colaboración del compositor de “soundtracks” Alex North e incluyera en su magistral cinta música que también es magistral. Así, Johann Strauss hijo (El Danubio azul), Richard Strauss (Así habló Zaratustra), Aram Jachaturian (Adagio de Gayané) y Giörgy Ligeti [Lí-gue-ti] (Réquiem, Lux aeterna, Atmósferas, Aventuras) son los cuatro artistas invitados al banquete fílmico de Kubrick. En ese entonces los dos Strausses ya habían fallecido, pero Jachaturian todavía tenía diez años de pólvora que quemar y Ligeti, aunque magistral, era prácticamente un desconocido.
Ni qué decir del efecto de la cinta en la vida de Ligeti. Lo lanza al estrellato nada menos que a los 45 años, cuando ya había vivdo lo mejor y lo peor de su vida pero se encontraba en la etapa más creativa de la misma (años 60 y 70). Esta colaboración resultó tan jugosa que Ligeti continuó participando de la saga kubrickiana en The Shining (El resplandor) y en Eyes Wide Shut (Ojos bien cerrados).
“Grandes nubes sonoras”.
La música de Ligeti es “extraña”, “ominosa” y profundamente “quieta”; es decir, da la impresión de no transcurrir gracias a que los gigantescos racimos de notas se superponen unos a otros casi intangiblemente. Eso ha hecho que muchos llamen su obra “minimalista” y el mismo compositor la califique de “micropolifonías”, pero lo cierto es que la obra de este húngaro genial es siempre un diálogo con la más seria intención experimental.
Aquí les incluyo dos videos de la música de Ligeti para la cinta de Kubrick. La primera se concentra en mostrar imágenes de la cinta mientras escuchamos partes del Réquiem, el “leitmotiv” del extraño monolito que aparece en el filme.
http://
La segunda es un paseo comentado y “coloreado” de su obra Atmósferas. Por comentado y coloreado quiero decir que la cinta es una elaboración VISUAL de cómo está montada la obra musical, es una ilustración y una partitura dinámica. Muy interesante.
http://
Como “bonus track” añadimos la pieza Lux aeterna, también tema del monolito. Es una pieza 100 por ciento a capella y la acompañan en este video tomas astronómicas reales y fantásticas... Enjoy!
En el verano de 1968 Carlos, mi hermano mayor, cometió un error por el que siempre le estaré agradecido. Siendo él un fan de la ciencia ficción y siendo yo otro aún más fanático, mi hermano compró dos boletos para ver la peli que ese verano tenía a todo el mundo conmocionado.
Así una tarde de sábado, enfundado Carlos en uno de sus muchos sacos deportivos y yo enterrado en mis anteojos de "nerd" de los 60 y una gigantesca palangana de palomitas de maíz, nos acomodamos en la platea del entonces lujoso cine Wiltern, sito en la intersección de la Wilshire y la Western (de ahí el nombre poco creativo de la sala).
A partir de ese momento todo fue fascinación y tortura. Fascinación porque lo que teníamos frente a nosotros era superior a los rides de LSD que tanto se comentaban por esos días (yo a los diez años todavía no era toxicómano) y tortura porque mi hermano sudaba de la angustia al no poder contenerme. Cada diez minutos yo preguntaba “What’s that?” o “What does that mean?” o los interminables “Whys” que un chico de mi edad hace ante semejante situación. Pero lo que Carlos no me dijo y yo vine a entender con el tiempo era que él tampoco estaba entendiendo un comino, aunque ambos estábamos al borde del alarido por la maravillosa sobreexposición estética. Así, mi hermano y yo vimos por primera vez 2001: Odisea del espacio.
Unos tres años después, rememorando ese trascendente momento, me hice a mí mismo una promesa: “Ya no seré científico loco (sic) sino artista, y para lograrlo me doy todo el tiempo del mundo, es decir, hasta el año 2001”, en que yo cumpliría los 42. Pues pasó toda una vida llena de cosas buenas y malas pero nada de arte provechoso. Intenté la plástica, la escultura, la música y hasta la actuación y resulté en todos, al igual que don Guido Sáenz, un discreto fracaso. Decidí entonces que me suicidaría a los 30… pero luego lo pospuse para los 40… y luego para los 50… y actualmente creo que lo tengo programado para los 80, o algo así.
En fin, llegó el año 2001 y yo publiqué El más violento paraíso, primer trabajo artistico mío que gozaba, y aún goza, de mi confianza y aprobación. Es decir, ¡salvado por la campana! (Aunque no creo tener el verdadero valor que se requiere para ser un suicida de renombre y prestigio como tal).
El arte que genera arte.
Kubrick decidió dejar de usar la maquinaria de Hollywood en lo que respecta a música cuando cayó en cuenta de que no era necesaria. “Para qué usar música buena (a precios exorbitantes) cuando se puede usar música genial (casi de gratis). Esta meditación hizo que desestimara la colaboración del compositor de “soundtracks” Alex North e incluyera en su magistral cinta música que también es magistral. Así, Johann Strauss hijo (El Danubio azul), Richard Strauss (Así habló Zaratustra), Aram Jachaturian (Adagio de Gayané) y Giörgy Ligeti [Lí-gue-ti] (Réquiem, Lux aeterna, Atmósferas, Aventuras) son los cuatro artistas invitados al banquete fílmico de Kubrick. En ese entonces los dos Strausses ya habían fallecido, pero Jachaturian todavía tenía diez años de pólvora que quemar y Ligeti, aunque magistral, era prácticamente un desconocido.
Ni qué decir del efecto de la cinta en la vida de Ligeti. Lo lanza al estrellato nada menos que a los 45 años, cuando ya había vivdo lo mejor y lo peor de su vida pero se encontraba en la etapa más creativa de la misma (años 60 y 70). Esta colaboración resultó tan jugosa que Ligeti continuó participando de la saga kubrickiana en The Shining (El resplandor) y en Eyes Wide Shut (Ojos bien cerrados).
“Grandes nubes sonoras”.
La música de Ligeti es “extraña”, “ominosa” y profundamente “quieta”; es decir, da la impresión de no transcurrir gracias a que los gigantescos racimos de notas se superponen unos a otros casi intangiblemente. Eso ha hecho que muchos llamen su obra “minimalista” y el mismo compositor la califique de “micropolifonías”, pero lo cierto es que la obra de este húngaro genial es siempre un diálogo con la más seria intención experimental.
Aquí les incluyo dos videos de la música de Ligeti para la cinta de Kubrick. La primera se concentra en mostrar imágenes de la cinta mientras escuchamos partes del Réquiem, el “leitmotiv” del extraño monolito que aparece en el filme.
http://
La segunda es un paseo comentado y “coloreado” de su obra Atmósferas. Por comentado y coloreado quiero decir que la cinta es una elaboración VISUAL de cómo está montada la obra musical, es una ilustración y una partitura dinámica. Muy interesante.
http://
Como “bonus track” añadimos la pieza Lux aeterna, también tema del monolito. Es una pieza 100 por ciento a capella y la acompañan en este video tomas astronómicas reales y fantásticas... Enjoy!
16 comentarios:
Saludos, Alexánder,
Gracias por este nuevo post --con todo y su palangana de palomitas de maíz--, en que señalas lo acertado de Kubrick a la hora de seleccionar la música para sus películas --con las ventajas económicas que le suponían tal selección--, y también nos llamas la atención sobre Ligeti, sobre lo aparentemente detenido de su música, y sobre los "gigantescos racimos de notas (que) se superponen unos a otros casi intangiblemente".
Con Atmósferas he flotado en el aire y presenciado en un puerto la partida de un buque fantasmal. Trasunto parte de las notas acerca de Lux Aeterna, que acompañan al disco (de piezas corales) donde la tengo:
"In Lux Aeterna we find, paradoxically, a stasis that is not a stasis; what seems a monolithic block of sound upon examination is revealed as a dazzlingly intricate contrapuntal matrix. Many listeners will remember Lux Aeterna from the effective (if unauthorized) use Stanley Kubrick made in the film 2001: A Space Odyssey."
Hasta la próxima,
Avilio
Alexánder: Me gustó esta nota, pero lo que más me gustó fue imaginarme la escena de par de dos, uno con lentes de nerd, en la sala del cine.
Avilio:
El descubrimiento tardío de Ligeti sigue siendo algo un tanto divertido, al haber sido utilizada su música sin previa autorización, pero luego, evidentemente, los dos artistas se llevaron bien al putno de seguir colaborando.
En cuanto a la música en sí, solo te puedo decir que es una experiencia sino religiosa, al menos profunda, casi peligrosa, agregaría con un poco de humor. Lamenté mucho su muerte en el 2006.
Carolina:
Yo creo que mi hermano estuvo a punto de estrangularme ese día porque cada vez que yo preguntaba algo, él contestaba con un seco y discreto "Shut up!", prueba de que sin darme cuenta lo estaba llevando al límite.
Costó mucho esfuerzo y tiempo que me volviera a llevar al cine... :)
Atmósferas es un buen nombre porque a esta musica se le ha venido a llamar luego Atmosférica o Ambiental. Dentro de la musica Abmiental, que ha parido subgeneros más pop en los últimos años, hay un subgenero llamado Dark Ambient. Si lo de Ligeti parce ominoso, los invito a buscar a Lustmord. Aquí se puede oir un poco de Dark Ambient: http://www.last.fm/tag/dark%20ambient
¿Por fin averiguaste "What does that mean"?
"El arte engendra arte", le oí decir una vez a alguien. Ya no me acuerdo a quién, pero viniste vos a recordarme esa frase. Un vuelo maravilloso, esta música. Y todas las confluencias en tu memoria. Saludos, Álex.
Juan:
Pasé muchos años sin saber "what that means", por lo que pude hacer elucubraciones bastante fantasiosas y voladas. Luego, cuando supe la "verdad" por boca de amigos y por Wiki, me desilusioné un poco. Un "raza superior" guardiana de los mundos jóvenes... Pues sí, tiene sentido. Pero la verdad es infinitamente más vasta cuando se desconoce su naturaleza. De ahí que la ambigüedad en arte genere tanta simbolización. Prefiero creer que aún desconozco la respuesta.
Gustavo Adolfo:
Mae, gracias por pasar. Pues sí, mis retorcidos orígenes están en parte en haber visto esa "Odisea" a los diez años y haber leído el "Demian" de Hesse y "El señor de las moscas" de Golding antes de cumplir los 13 años. Al menos ese es el criterio de uno de mis amigos. Lo que sí me queda muy claro es que las veces en que estoy de veras SÚPER MOTIVADO a escribir, generalmente he recibido un fuerte estímulo artístico de otra fuente.
Luissiana:
Amé tu primer comentario y no entendí para nada el segundo. Tampoco entiendo por qué los retiraste, pero gracias de todos nmodos por pasar. Siempre sos bienvenida.
2001: en mi lista de películas preferidas, y de esta me atrevo a decir perfecta (excpeto quizá por la parte de la gente que viaja en la nave, un poco gastada por el paso de los años).
Es una película ante la que uno exclamará siempre: ¿qué putas significa eso? Sea niño y adulto. Y esa capacidad simbólica es genial.
Y la música, también, colocada con rigor de coreógrafo. Precisa, justa, apropiada, apoteósica, bella.
Saludos.
El primero déjalo en la memoria, porque salió de a verás... siempre asombrada por lo manera como conjugas la travesura con un relato. El segundo fue una confusión rara de mi luna o de mi rana y su charco profundo. Mis disculpas y mi siempre aprecio por darme puerta a leerte.
Asterión:
esa película es todo lo que decís y más. En resumen: una obra maestra. Gracias por tu comentario.
Luissiana:
Nos conocimos y nos hemos llevado bien durante muchos años. Nada de eso va a cambiar, menos ahora que la blogosfera nos está acercando aún más.
Un súper abrazo.
Me puede. Sencillamente, me puede.
Humanoide:
Idem, idem, idem. No hay duda de que estamos frente a una gran cinta. Gracias por pasar.
Gracias, Alex. Como siempre aprendo mucho con vos.
Excelente! Gracias, buen aprendizaje con esta nota :)
¡Como me he reído de nuestros discretos paralelismos! Aunque yo todavía la estoy pulseando para no tener que inmolarme a los 33... ¡como me das esperanzas! Lo de tu hermano fue un terrible error que todos agradecemos. Y a Kubrick que está en el Olýmpos.
Bellísimos videos. Recuerdo cuando era güila - el muy viejo - que mi tata se trajo el tele a colores de mi abuela a la casa, sólo para enseñarnos esa cinta. Eso sí, nos dio altas dosis de café, porque canal 6 la pasaba bien tarde. Quedé como loco.
Hoy no puedo dejar el café.
ja, ja, ja. Una de mis favoritas, junto a Solyaris, su contraparte rusa. También, una obra maestra.
No sabía que las palomitas de antaño se servían en palangana. Supongo que la Coca Cola venía en garrafa (como el hígado del tío de Chaves).
¡Un fuerte abrazo maestro!
Publicar un comentario