Vlad Țepeș (el emplador). Copia de un original del siglo XVI. Nótese el complejo tocado constituido de un gorro rumano rodeado de perlas, con una estrella de oro adelante, y un rubí montado en torno a ocho perlas más. La parte superior son cinco gemas adicionales, rematadas en plumas de avestruz.
HEROE NACIONAL, CAMPEÓN DE LA FE, PSICÓPATA IMPENITENTE Y ESTRATEGA BRILLANTE
Desde hace tres semanas aproximadamente, vengo leyendo un hermoso y denso libro sobre la vida de Vlad Drácula, el Empalador. Este príncipe rumano (1431-1476) es el material del que están hechos los mitos. Las fechas, los eventos, las guerras, las decapitaciones y empalamientos se siguen unos a otros sin tregua. Y en una palabra, lo dejan a uno sin aliento. Aquí unos mordizquitos de pasión:
► La primera concubina de Vlad saltó al vacío desde lo alto del Castillo Poienari (Castillo Drácula) en los Cárpatos; pero no por "amor a su príncipe" sino por miedo mórbido a que los turcos la fueran a torturar.
► El hermano menor de Vlad, Radu cel Frumos (Radu el Hermoso) fue culito real del sultán Mehmet II el Conquistador. La relación comenzó cuando Radu tenía 11 años y su príncipe 14. De hecho, Radu fue uno de los comandantes de jenízaros (soldados de élite) que participaron en la toma de Constantinopla. La rivalidad entre Radu y su hermano hetero (y más sanguinario) sería un pleito de familia de toda la vida.
Carátula del libro Dracula, Prince of Many Faces de Rand T. McNally y Radu Florescu, Boston College, 1989.
► Vlad el Empalador tuvo un educación prolija para sus días. Era un diestro conocedor de matemáticas, lógica aristotélica y el Corán (aunque no dejó de ser cristiano). Además, hablaba con toda perfección el rumano, el húngaro y el turco, pudiendo defenderse también en griego y en latín. (Y para quienes les pueda interesar: en rumano, turco y húngaro Vlad tenía "pronunciación nativa").
► Este "sabio" príncipe medieval fue el asesino (o ajusticiador, si se quiere) de unas 40 000 personas, una quinta parte de la población rumana de la época. (Más o menos la misma proporción de almas que el cólera se llevó durante la gesta costarricense de 1856-57). Su justificación fue sencilla: "Si destruyo a mis enemigos y no mato a sus mujeres e hijos, sería como el campesino que corta la mala yerba pero deja las raíces intactas. Al año siguiente tendría que cortar todo de nuevo".Los coautores, Rand McNally y Radu Florescu, profesores estadounidenses, y conocidos en los pasillos del Boston College como los "profesores del terror" han tenido gran éxito con este trabajo que les llevó años en preparar. (También en parte debido al profesor rumano Matei Cazacu, quien no pudo ser incluido como coautor por las majaderías paranoicas y pequeñeces intelectuales del gobierno comunista de Rumania).
Los profesores Raymond T. McNally y Radu Florescu. (Atención: no se trata de un fotograma de los estudios Hammer. Los señores tienen esta pinta en la vida real). El primero es nieto de famoso cartógrafo homónimo y fundador de un pequeño pueblo en el sur de California llamado La Mirada; mientras que el segundo es descendiente de un boyardo (noble) enemigo de Vlad Drácula.

El monasterio insular de Snagov, donde reposan los restos mortales de Vlad Drácula.
Finalmente: ¡A leer, a leer que el mundo se va a acabar! Estos libros (en inglés y en español) así como el trabajo también enorme del profesor Cazacu titulado Vlad III el Empalador se pueden encontrar en Amazon y Barnes & Noble. ¡Buena cacería!