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viernes, octubre 10, 2008

BUFFALO WINGS



Los estadounidenses llaman “alas de búfalo” a un platillo de alas de pollo fritas o asadas y condimentadas en una salsa de barbacoa. Fue inventado en Buffalo, NY., en 1964.

Boise, Idaho. ACAN., EFE. y otras fuentes.

El criador de ganado bovino de Idaho, Bert Schloswig, demandó hace un par de meses ante la corte estatal de Idaho a la compañía Prentice Cattle Inc. Schloswig alega burla y estafa alevosa por parte de la compañía.

La Prentice Cattle Inc., por su parte, niega los cargos y afirma que lo sucedido, muy a pesar de ellos, estaba totalmente fuera de su control, por lo que no son legalmente responsables de los hechos.

Vecinos del lugar y testigos de lo sucedido afirman que en la feria anual de ganadería de Boise, Schloswig compró a la Prentice Cattle cinco finos ejemplares de búfalos sementales, también conocidos como bisontes americanos. El trato se cerró y el señor Schloswig se llevó los ejemplares para su rancho con la intención de cruzarlos con hembras de primera calidad. El ganadero explicó que el búfalo (o bisonte americano) goza en EE.UU. de rigurosas leyes de protección, por lo que conseguir un permiso para criarlos y revenderlos al incipiente y exótico mercado de consumo de carne de búfalo, es muy difícil y riesgoso para un ganadero. Debido a eso es que el hombre alega haber sido claramente estafado.

Una fría mañana, a la semana de haber comprado las bestias, el ganadero se dio cuenta, no sin algo de horror, que sus nuevos sementales se estaban apareando entre sí. Dos de ellos estaban montando a otros dos mientras el quinto observaba apaciblemente pero también en evidente estado de estro.

De inmediato corrió a los corrales de las hembras y con la ayuda de sus asistentes las metió en el corral de los bisontes. Las hembras, ante aquel extraño espectáculo, también entraron en celo y fueron acercando sus cuartos traseros para que los machos las percibieran e hicieran lo suyo. Pero nada pasó. Ni siquiera el búfalo zonto se acercó a ellas. Schloswig afirma haber empezado desde ese momento un calvario. Con la ayuda de veterinarios y otros especialistas ha hecho todo lo posible para que los bisontes reaccionen y monten a las hembras, pero sin lograr éxito alguno.

Finalmente, decidió irse por la vía legal y demandar a Prentice Cattle Inc., por venderle lo que el ofendido ranchero calificó de fairy buffalos es decir, “búfalos mariquitas”.

El juicio llamó mucho la atención del público por lo particular del caso, pero tras escuchar las opiniones de biólogos, zoólogos, veterinarios y otros especialistas, la corte falló a favor de la Prentice Cattle. Según los científicos, la homosexualidad no es ajena a otras especies, siendo más bien particularmente frecuente en algunos grupos como los simios bonobos, las nutrias y los mismos bisontes. Sin embargo, también agregaron que esta conducta es impredecible. A veces es circunstancial y transitoria, mientras que en otras ocasionas se manifiesta de modo permanente. La Prentice, según estos especialistas, no tiene ni tenía manera alguna de poder predecir una situación semejante, si los búfalos, antes de la venta al señor Schloswig, no habían dado indicio de tal conducta, cosa que de inmediato fue corroborada por los representantes de la Prentice Cattle.

Bert Schloswig, por su lado, afirma que este no es el fin. Elevará su demanda a una corte superior y si se diera el caso de que nuevamente perdiera, el enfurecido ranchero ha amenazado públicamente con sacrificar cruelmente a “esos asquerosos animales” frente a la corte suprema de Boise.

Esto ha puesto en alerta tanto a los grupos protectores de animales como a las asociaciones Gay/Lésbicas de los EE.UU. Afirman que si Schloswig cumple con su amenaza, serán ellos quienes lo arrastren a los tribunales de justicia.

Mientras tanto, el desencantado ganadero ha montado una tienda de circo en torno al corral de los “búfalos con alas” (como él los llama) y cobra la modesta suma de veinte dólares a todos los que llegan a ver a los bisontes “gay” apareándose (o, a veces, no apareándose).

Según algunos vecinos del lugar, Schloswig ya probablemente logró recaudar la misma cantidad de dinero que pagara a la Prentice Cattle por el valor de los animales. Y por ello mismo, ven muy difícil que Bert Schloswig de veras vaya a sacrificar a su nueva minita de oro.


Alexánder Obando
10 de octubre de 2007.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado señor Escatonauta:

Gracias por esta edificante información, que evidentemente hará que más y más personas se sumen a la noble causa de defender los valores más queridos de nuestra patria (¿¡Eh, qué, cómo, nuestra, he, bla... eh?!

Condiero que esto debería dirimirse en un apropiado referendo.

Saludos cordiales,

Firma:
Integrante de una Asociación cualquiera en pro de los valores más elevados y nobles (aunque ya casi no hay valores, quedan como dos o tres)

Gustavo Adolfo Chaves dijo...

Yo he vivido en Idaho y te puedo decir que no me extraña nada esto: es tierra de mormones. Es lugar es precioso pero la gente está un poco abufalada... Saludos, don Escatonauta.

Poetandariego dijo...

Don Escatonauta... ya que así firma, así se le saluda desde Panamá, para agradecer este dato interesante... habría que elevar una moción a la Asamblea General de las Naciones Unidad, si sobreviven al colapso de la bolsa... para que elaboren una Declaración Universal de los Búfalos No Alineados...