
Por eso este año de 2008 está lejos de ser glorioso en cantidad (no es aquel 1977 en que nos deleitamos con 50 libros); pero, si hay algo que lo caracteriza como bueno es la calidad de los textos, no su cantidad.
La falta de vista nos ha llevado pues al refugio de los audiolibros en la red. Comprarlos en línea sale caro y venturoso, por lo que nuestra opción más clara ha sido el obsequio de aquellas obras maestras que ya se encuentran en el dominio público. Claro que eso reduce, al menos por ahora, nuestro ámbito de lecturas, pero lejos de afectarlas negativamente nos retorna a la cueva de los Cuarenta Ladrones, los assasi, los fumadores de jachís; nos empotra en medio del foro Romano mientras Adriano anuncia un nuevo viaje por los confines del Imperio; y nos lleva, sin alas y sin más aditamentos, hasta los procelosos moors de las hermanas Brönte, un mundo lleno de lluvia, viento, páramo e infinita soledad en medio de la nada.
Yo soy lo que he visto y lo que he vivido, nada más. Así reza un viejo proverbio vikingo esculpido en algún monumento de la Helsinki contemporánea. Del mismo modo, yo, Alexánder, no me siento más de lo que he leído y lo que he soñado. Y cuando se trata de lectura en audiolibro llevamos la ventaja agregada de que se puede soñar despierto pero con los ojos cerrados.
Algunos me dirán que es tedioso y aburrido, y llevan algo de razón, pero este inconveniente desaparece como desaparece el español clásico de la mente moderna al leer el Quijote. Es decir, al principio es un handicap de lectura, pero tan pronto avanzamos en la obra, se convierte en uno de sus elementos más interesantes.
Entonces, brindo a ustedes con el mismo gozo de la lectura visual mis mejores no-lecturas de 2008.

-- A Connecticut Yankee in King Arthur's Court. Una comiquísima excusa para meditar sobre los errores y horrores de la humanidad. Twain definitivamente poseía más ingenio que el que le hemos endilgado. Su parodia sigue siendo invaluable.
-- The Jungle Book. No me sentí cómodo con la idea de que la lectora del texto fuese una adolescente, pero una vez iniciada la lectura sentí como una voz juvenil le agregaba magia y candidez a un relato lleno de aventuras, búsqueda y descubrimiento de la vida. El libro de la selva es una gran bildungsroman, y releerla exalta en nosotros los colores más intensos de nuestra infancia.
-- The Canterville Ghost. La risa es incontenible cada noche que el pobre fantasma trata de asustar a la impasible famila Otis. Poco nos avisa su comienzo del apretón de corazón que nos provocará al final. La prosa de Wilde es tan cristalina como acertada en cada línea.
-- El ingenioso higalgo Don Quijote de la Mancha. ¿Qué se puede decir aquí que no se haya dicho ya? Esta versión de Educaragón (via Leer escuchando punto com) es extraordinariamente clara y amena. El lector es un maestro en eso de "hacer" voces. Nadie se queda dormido con este señor. Reconocemos que no hemos terminado la audición, pero no importa, cada capítulo se disfruta más que el anterior.
Hubo también lecturas en papel:
-- Running with Scissors de Augustus Burroughs es esencialmente otro bildungsroman del tipo me-cogieron-a-los-doce-años-y-viví-con-mi-amante-y-nos-drogamos-mucho-hasta-que-lo-abandoné-a-los-quince. Un libro que trata de escandalizar en un mundo donde eso ya no resulta escandaloso sino aburrido (salvo para El Hocico de la Oscuridad, empotrado allá en la colina Vaticana).
-- El arte más íntimo (Exquisite Corpse) de Poppy Z. Brite. Aunque esta es una de mis autoras predilectas, creía ya haber leído lo mejor que ella podía dar. Pero, con la excepción de una fuga bastante inverosímil, la novela es un buffet de terror corporal de lo mejor, es decir, no hay mejor escritor de horror que el que te hace sentir como parte de la (es)cena. Poppy Z. Brite sigue alquilando una habitación enorme en el hotel de mis preferencias.
-- Drawing Blood es otro manjar de la Brite. Su segunda novela, se centra en el mismo espacio de la primera, pero los protagonistas ya son otros. Si te gustan los artistas jóvenes, la subcultura gay, los fantasmas, el terror, la música rock, la magia y el gore, esta novela no te va a decepcionar. A mí, claro, me dejó flotando en la dimensión de lo macabramente convulso. Me atrajeron tanto sus temas como la extraordinaria pluma-escalpelo de Poppy Z. Brite.
-- Otras lecturas. También le entramos a un par de poemarios y una serie dispersa de cuentos, pero dejémos la lista aquí para hablar solo de lo más extenso y sobresaliente.
Para más información sobre los audiolibros recomiendo se visite el blog 100 palabras por minuto de nuestro amigo Juan Murillo. La entrada correspondiente se titula El futuro del libro no es el Kindle sino el audiolibro.
Para más información sobre los audiolibros recomiendo se visite el blog 100 palabras por minuto de nuestro amigo Juan Murillo. La entrada correspondiente se titula El futuro del libro no es el Kindle sino el audiolibro.
También me gustaría saber cuáles de ustedes tienen audiolibros que podamos compartir en el 2009.
Por cierto, la ilustración que encabeza esta entrada es un estante repleto de audiolibros. ;)
A todos, un feliz año nuevo.