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miércoles, marzo 28, 2012

CAMILO RETANA SOBRE "EL MÁS VIOLENTO PARAÍSO"


Camilo Retana, poeta y filósofo costarricense.

El escritor Camilo Retana desea compartir con nosotros su lectura de El más violento paraíso, a once años de su primera publicación por Perro Azul.

EL MÁS VIOLENTO PARAÍSO RECARGADO

He leído El más violento paraíso. Me tomó 10 años cumplir la promesa que le hice a un amigo mío, gruopie número uno de la novela de Obando, de que alguna vez la leería. Recuerdo el día que vi el libraco voluminoso de más de 500 páginas en las manos de ese amigo, Felipe Granados para más señas, allá por el 2001, y recuerdo lo que pensaba mientras él y Alfredo Trejos me hablaban de la novela: no me va a alcanzar la plata para comprarla ni siquiera en el caso de que hicieran una segunda tirada. El tiempo pasó y gracias a la excelente edición de Lanzallamas, a que ahora trabajo y a un generoso descuento del librero oficial de Amón, Gustavo Adolfo Chaves, he podido finalmente hincarle el diente más de 10 años después de aquel entonces.

Quizá por haberle llegado tarde como lector le entré al libro con la curiosidad de qué habría provocado una reedición en un país en el que lo más grande que más de uno ha leído en su vida es La Nación del domingo. Porque seamos claros: un libro puede suscitar todo un burumbún en un momento dado y, si es malo, quedar uno o dos años después en el olvido. Ese, sin embargo, no es el caso de El más violento paraíso.

Primera edición de El más violento paraíso, San José, Ediciones Perro Azul, 2001.


La novela de Obando constituye una apuesta sui géneris en más de un sentido. Por un lado, como ya se ha subrayado en otras ocasiones, la novela consigue crear un universo complejo y ruidoso a través del cuál hablan múltiples voces, convergen diversas geografías y se superponen varias estéticas, la mayoría bien estudiadas y utilizadas por Obando, quien arremete contra una tradición literaria nacional en la que predomina un cierto realismo trasnochado. Para ello Obando se sirve de múltiples fuentes hasta cierto punto atípicas en nuestro medio: magia, pornografía y ciencia ficción, por ejemplo. Otro logro de la novela: no aspirar a sintetizar esas fuentes. En este sentido el autor de El más violento paraíso asume un riesgo más: el de utilizar un estilo incapaz de endulzarle el oído a nadie. En esto Obando es categórico: como las pelis tipo Baise-moi o La pianista, esta novela no está hecha para gustarle a nadie; si esta obra tiene fans es a pesar de ella misma. Se trata, pues, de un texto que no hace concesiones: no hay ningún gancho para atrapar al lector más allá del laberinto mismo que es la novela.

Por otro lado, Obando consigue crear una atmósfera que atraviesa las distintas historias que compone el libro. Más allá de la ilación de la novela a través del elemento dionisíaco, el texto se articula a través de un tropo que recorre la mayoría de historias: la búsqueda de lo nuevo en un mundo donde lo nuevo es imposible. De ahí que uno de los momentos más logrados de este libro sea ese episodio en que una personaje cae en cuenta de que solo se puede edificar un mundo sobre otro ya derruido.

Pero lo que me queda de El más violento paraíso no son, sin embargo, sus logros estilísticos. Lo que me queda, ante todo, son esas imágenes que este novelista le ha pedido prestadas a su poesía (recuérdese que los premios que el país ha sido incapaz de darle en narrativa a Alexánder se los ha dado a su lírica): un colegial que habla del minotauro mientras le chupan el culo, una mujer que se mete el dedo mientras ve el funeral de Lady Di en la tele, la estampa del último hombre estrellándose contra la nada mientras se empuja un poco de la droga que le queda. Al futuro literario costarricense le va a costar trabajo, si es que lo logra, deshacerse de esas imágenes.

Camilo Retana
(Marzo de 2012)

Segunda edición de El más violento paraíso, San José, Editores Lanzallamas, 2009.

2 comentarios:

Rodolfo Arias Formoso dijo...

ENJUNDIOSO, SUGERENTE, CONGRUENTE, SÓLIDO, ARMADO SAMURAIMENTE, VARIOPINTO, PROPONE UN POLO DE ATRACCIÓN Y UN PUNTO DE FUGA DESDE LOS CUALES IRSE UNO DE UNA VEZ HACIA EL VIOLENTO PARAÍSO DE ALEXANDER. JUSTO, PORQUE A AO Y A SU GRAN TEXTO, DEL QUE AUN ME DEBO PARTES, LE SUCEDER ESTE Y OTROS TRILLOS ENTRE LAS PALABRAS DE QUIENES LO LEAMOOS

FRANK RUFFINO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.